Hoy os traigo una receta de esas de »bizcocho saludable». Hacía mucho que no preparaba ningún invento del tipo bizcocho sin azúcar porque me es mucho más fácil (y saciante) desayunar cosas como las que os conté en este post o en este (sin gluten). Pero se me despertó el gusanillo por una receta que publicó Silvia en Instagram, y además llevaba tiempo queriendo »maquear» una receta que vi en Youtube, parecida a la que os voy a contar hoy, pero con lácteos y azúcar.
El título real de este post (y que no cabía) es este:
Bizcocho de naranja y zanahoria relleno de (falsa) panna cotta de plátano y naranjas enteras. Sin endulzante (azúcar, edulcorante ni dátiles), sin lácteos y de hecho también sin gluten. Porque básicamente es eso: un bizcocho sin azúcar ni edulcorante saborizado a base de fruta y especias. Digo »falsa» panna cotta porque lleva gelatina vegetal (agar agar), cuando la auténtica panna cotta no lleva. De todas formas era más rápido y sencillo así, y además me quedaban un par de sobres en la despensa. También podéis usar gelatina animal: las láminas de gelatina transparente que se derriten y luego gelatinizan (no los polvos saborizados de gelatina).
Ingredientes
Para el bizcocho:
3 Huevos
2 Tazas de harina (a vuestra elección)*
1 Naranja
1 Zanahoria
1/2 Taza de aceite de oliva virgen
1 cucharadita de crema de cacahuete sin azúcar
1 cucharadita de canela
1 cdta de levadura química de bizcocho
1 Pizca de cúrcuma, jengibre y sal
Para el relleno:
Otra naranja (también podéis utilizar otras frutas como kiwi o mandarina)
Aproximadamente 1 vaso de bebida vegetal sin azúcar añadido (Soja en mi caso)
1/2 sobre de agar agar
1 plátano (más bien maduro)
Esencia de vainilla
*Podéis elegir la harina que prefiráis. Idealmente una harina integral, como trigo integral, espelta integral, o harina de avena. Si lo queréis hacer sin gluten, podéis utilizar harina de arroz, harina de avena certificada sin gluten, o una mezcla de harina de garbanzo y arroz. Este lleva 2 tazas de harina de arroz.
Elaboración:
- 1- Pelamos y cortamos la naranja, y la ponemos en una sartén con una pizca de aceite. Cocinamos a fuego medio-bajo, tapando la sartén, durante unos 10-15 minutos o hasta que la naranja se empiece a deshacer.
- 2- Mientras tanto, rallamos la zanahoria con la parte fina del rallador.
- 3- Metemos la naranja, la zanahoria, la canela, el jengibre, la cúrcuma, la levadura, la sal y 1 huevo en la trituradora que estemos usando, y trituramos bien. Aseguraos de esperar a que la naranja se temple antes de poner el huevo; si está muy caliente podríamos hacer que el huevo cuaje.
- 4- Cuando esté bien triturado, añadimos los dos huevos restantes, la harina, el aceite y la crema de cacahuete. Trituramos bien, hasta que quede una masa homogénea.
- 5- Vertemos la mezcla en un molde engrasado (con papel de horno si es necesario) y horneamos a 190ºC durante 30 minutos aproximadamente. O hasta que pinchemos el bizcocho y el pincho salga limpio.
En este punto podríamos terminar la receta y tendríamos un bizcocho de naranja sin azúcar la mar de rico. Tiene un sabor suave, como todos los bizcochos sin azúcar, pero la naranja, la zanahoria y las especias le dan eso, sabor, que en un bizcocho que no utiliza azúcar, edulcorante ni siquiera dátiles, es mucho. Si teneis niños en casa acostumbrados al colacao y los chupicrispis (o si ese/a niño/a eres tú), entonces podéis añadir un puñado de dátiles deshuesados (y sin glucosa, mirad la etiqueta) al triturado del bizcocho, y así lo tendréis más dulce. No he utilizado dátiles porque siempre me da pereza (si los compro, me gusta comérmelos tal cual), y algunas recetas que veo utilizan demasiados.
Otra razón de por qué no he utilizado dátiles es porque el siguiente paso le da dulzor al bizcocho sin añadir ningún endulzante: embutir naranja dentro.
- 6- Vaciamos el centro del bizcocho haciendo unos cortes en la parte superior. En la foto os he marcado las zonas donde corté para que saliese de la manera más limpia posible.
- 7- En el hueco que hemos dejado, encajamos una naranja cortada al ras del bizcocho. Como se ve en la foto. Si vuestro molde es distinto, puede que necesitéis encajarla de otra forma, pero la cosa es que no supere la altura del bizcocho.
- 8- Ahora toca hacer la panna cotta. Chafamos bien un plátano con un chorrito de bebida de soja sin azúcar (si no queremos grumos, podemos triturar la mezcla). Luego añadimos medio sobre de agar agar y el resto de la bebida de soja junto a unas gotas de vainilla. Para atinar bien las cantidades, haced caso de la proporción agar agar-líquido que os indica la cajita.
- 9- Vertemos la mezcla en un cazo y llevamos a ebullición. Cuando hierva apagamos el fuego y removemos uno o dos minutos más.
- 10- Después vertemos la mezcla del cazo al interior del bizcocho, cubriendo la naranja (pero sin que se desparrame). Si os sobra, podéis verter la mezcla sobre un vasito para no desperdiciarlo.
- 11- Por último (y esto es opcional), podemos compactar la miga sobrante y repartirla en forma de lámina, para cubrir el bizcocho por arriba. Si no, pues la guardáis y os la coméis tal cual.
- 12- Llevamos el bizcocho a la nevera y dejamos que solidifique como mínimo 2 o 3 horas. Después, ya está listo para comer.
El bizcocho es denso y la naranja es acuosa y dulce, la combinación está muy muy rica. Como os decía al principio, podéis utilizar otras frutas para el interior, yo he utilizado naranja porque ahora están de temporada y tengo muchas.
También, si utilizáis un molde más corto, el bizcocho os saldrá más alto y podréis encajar mejor las naranjas (será más »hondo»). Que al corte del bizcocho se vea el corte transversal de la fruta queda muy vistoso, aunque así también ha quedado bien. Si algún día me animo a repetirlo y mejoro la presentación, os pondré la foto. De momento tengo bizcocho para repartir.
Valoración nutricional
Y como me siento generosa, os he hecho una pequeña comparación de este bizcocho frente a uno tradicional (yogur, azúcar, harina, aceite de oliva, huevos…).
Podemos decir que no hay apenas diferencia en el aporte calórico, pero si me seguís sabréis que las calorías no son el valor más relevante. Como todos los bizcochos, escaso en proteína (poco saciante). La grasa la salvo porque he supuesto AOVE en ambos casos (si comparamos un bizcocho ultraprocesado o con aceite de girasol, saldría peor parado). Sí vemos que tiene menos azúcar y más fibra que un bizcocho convencional, pero sin olvidar que una naranja entera le da mil patadas a este bizcocho. Tengamos las prioridades claras. Podemos preparar este tipo de bizcochos para ocasiones especiales o si tenemos mono de dulce.
¿En general? Mejor que un bizcocho convencional, así que útil en situaciones donde abunden este tipo de bizcochos (inicio de cambios de hábitos, etc.).
Y nada más, espero que os haya gustado la receta y si os animáis a probarla avisadme por redes (@hayplatoencerrado, en facebook e instagram), ¡¡me encantará verlo!!
Muchísimas gracias por venir y, como siempre, nos vemos en el próximo post.