Te puedes creer que llevo todo el día sin beber nada. Y es que no me nace la sed.
Es que no me gusta beber agua.
Me he bebido 2 vasos de agua y tengo la misma sed que antes. La sed no se me va.
Bienvenidos y bienvenidas a mi blog de nuevo. Si os suena alguna de las frases de ahí arriba, este post os puede interesar. Hoy quiero hablaros de la sed; sobre qué puedo hacer si beber agua no me gusta, o no tengo costumbre, o me cuesta, o es que yo soy de Coca-cola. Ideas para refrescarse sin tirar de los típicos refrescos (¡y el Trina y el Nestea también cuentan como tales! aunque sean monas vestidas de seda). Porque sí, sabemos que hay que mantenerse hidratado y tal. Pero, ¿hidratado con qué? ¿Quién nos está insistiendo tanto en que hay que estar hidratado?
Creo que el por qué me planteé hacer este post es bastante obvio, pero por si acaso, os dejo unos datos. En España, se consumen algo más de 50 litros de refresco por persona y año contando el consumo dentro y fuera del hogar. Mayormente, refrescos de cola y de cola light (este año me preveo el boom de los refrescos sin azúcar, otro parche sin sentido igual que lo fueron los productos light o sin grasa).
Otra estadística (esto engancha): »el perfil de hogar consumidor de bebidas sabor cola se corresponde con hogares formados por hijos» (fetén). Además, julio fue el mes de mayor consumo de estas bebidas el año pasado. ¿Hacemos algo para remediarlo este año?
Contenidos
¿Bebe 8 vasos de agua al día?
Antes de seguir me gustaría recordar que aquello de »bebe 2 litros de agua al día» es un mito. ¿Significa que tenemos que beber más? ¿Tenemos que beber menos? Ni la una ni la otra. Beber en función de tu sed es la única respuesta correcta. Igual que tenemos que comer en función de nuestra sensación de hambre (una vez nos reencontremos con ella claro, que muchas personas han perdido la capacidad de detectar cuándo están saciadas por culpa de los ultraprocesados y la comida excesivamente palatable), beber en función de nuestra sed es un hábito cabal y saludable.
Para los que les cuesta beber agua, me gustaría remarcar algunos MATICES:
- Matiz número 1: Una cosa es no beber porque no se tiene sed. Otra muy distinta es ignorar nuestra sensación de sed por pereza, por estar liados haciendo algo, por no tener previsión de llevar una botellita con nosotros al salir… ESO ES MALO.
- Matiz número 2: Imaginemos a un señor X. El señor X ha desayunado 2 trozos hermosos de sandía y un café (sin azúcar, porque es un señor sano), ha almorzado 1 melocotón y otro café y durante la comida se está bebiendo, de momento, 1 vaso de gazpacho. ¿Está el señor X deshidratado? Eso solo podrá decírnoslo su sensación de sed, pero en ningún caso podríamos decir que no ha bebido NADA. ¿Qué quiero decir con esto? Que algunos alimentos pueden aportarnos agua y todo eso también va a influir en nuestra sed: podemos haber comido alimentos con mucha agua y por ello tener menos sed, sin tener eso por qué significar que estamos deshidratados por no haber bebido agua como tal.
Alternativas saludables a los refrescos
Una vez situados en el tema, me gustaría aportaros-recopilaros hoy algunas ideas para hidratarnos que, además de la sed, nos quiten el calor.
0- Agua con hielo.
Por favor, que no se nos olvide que podemos tener cubitos en el congelador. Es el número 0 porque es el básico de los básicos. También podemos dejarnos en la nevera una botella de agua con limón para tenerla ahí como recurso, y tomárnosla con cubitos.
1- Cubitos saborizados.
Escalando en la línea de los básicos, sí, podemos tener cubitos, pero también podemos personalizar un poco la cosa haciendo cubitos de sabores. Por ejemplo, cubitos con batido de frutas (o con fruta troceada con agua), albahaca, menta, limón o hierbas frescas para darle un aroma distinto a un vaso de agua (o a un té), cubitos de leche para refrescar un café o cubitos de café (o de cacao sin azúcar + leche) para refrescar un vaso de leche o bebida vegetal sin azúcar. O cubitos de té con canela.
2- Polos y helados sin azúcar
Insultantemente fáciles de hacer, y los polos, de conservar. Para los polos solo tenemos que triturar (no exprimir) nuestras frutas favoritas y verter la mezcla en una polera.
Y para los helados, solo tenemos que trocear y congelar fruta, y luego triturarla. Sí, solo un ingrediente. Si queremos ajustar la textura podemos usar un poco de leche o bebida vegetal, o añadir plátano entre las frutas congeladas para dar cremosidad, pero no suele ser necesario (depende de la fruta que hayáis escogido: frutas con más agua pueden necesitar el empujoncito del plátano). Os aconsejo prepararlo justo cuando lo vayáis a comer, y podéis adornarlos, por ejemplo, con almendra triturada o cacao en polvo sin azúcar, aunque tal cual están para morirse.
3- Granizados caseros saludables
Los cubitos con sabor no solo sirven para darle un toque distinto al agua. Podemos triturar fruta, congelar ese batido repartido en porciones en una cubitera, y luego triturar todos esos cubitos. Nos quedará una bebida tipo smoothie, algo a medias entre el batido y el granizado. También podemos hacer cubitos de infusiones o tés (de menta o té chai por ejemplo) o de café, y mediante el mismo proceso, hacer smoothie de café o té, o uno con toques de menta o hierbabuena (¿un »mojito» de mentira? hacemos una infusión con agua, limón y hojas de hierbabuena, repartimos esa misma infusión en la cubitera, y trituramos esos cubitos cuando se hayan congelado; nos puede quedar un agua fresquita, granizada y con un toque de sabor).
Para hacer granizado propiamente dicho, tenemos que verter la mezcla que queramos granizar (por ejemplo, sandía triturada) en un recipiente (preferiblemente ancho y bajo, que la mezcla no supere los 2 o 3 cm de altura), congelarlo y después raspar la mezcla con un tenedor. ¿Cuánto tiempo? Depende de lo pendientes que queramos estar: podemos congelar una o dos horas y después rascar ese hielo con el tenedor, o ir removiendo la mezcla cada 30-40 minutos en el congelador para que se vaya formando el granizado más despacio (y quede más suelto).
(No he puesto zumos, no, y no es casualidad. Un zumo no es una alternativa saludable, ni aunque sea casero. Como sé que puede ser difícil de asimilar, tenéis más detalles sobre esto aquí.)
¿Refrescos saludables?
¿Hay algún refresco que sea saludable? Si te lo haces tú, puede que sí. No podía olvidarme de enlazaros este post de Mi menú diario, infografía incluida, donde recopilaron unas cuantas y curiosas ideas para hacer nuestro propio #refrescocasero. Hasta hicieron un concurso en Facebook para recopilar más ideas, las cuales podéis ver aquí. Se parte de agua (o agua con gas), y a partir de ahí se aromatiza con frutas, frutos silvestres, hierbas aromáticas, especias, zumo de limón, etc. Incluso se pueden usar flores comestibles como el jazmín o la lavanda. La idea de base son las infusiones heladas saborizadas, echadle la imaginación que queráis.
Y si te vas de excursión…
Antes de terminar, quiero hacer un pequeño recordatorio por todos esos termos que están tristes porque solo los usan para llevar café. No olvidemos que el termo no es solo para el café caliente, sino que si queremos llevarnos alguno de estos inventos fresquitos a la calle (o de picnic oye), también sirven para transportar y mantener la temperatura de bebidas frías (realmente por haber hay bolsitas térmicas para llevar botellas, que aquí ya está inventado todo, y tal vez pese menos que un termo).
Conclusión
La conclusión es que no te tomas un refresco porque tengas calor (»voy a tomarme una Coca cola porque me va a dar un jamacuco»), te lo tomas porque quieres y punto. Siempre hay una alternativa saludable, siempre siempre, y de nosotras (y de nuestro hábito, situación y entorno) depende qué elegimos.
Y esto es todo por hoy, estaré encantada de leer vuestras opiniones y experiencias, y también de saber si habéis probado alguna de las alternativas.
¡Nos vemos en el próximo post!