Cuando aprendes a comer más despacio, ir a una comida social y observar es muy interesante, casi divertido. Sobre esto vamos a hablar hoy: sobre cómo comer de forma consciente, esto es, con atención plena sobre tus actos y lo que vas a comer.
QUÉ ES:
Podríamos llamar una comida consciente a aquella en la que nos centramos de pleno en el hecho de comer. Se ha hablado sobre esto en muchos sitios, algunas veces lo llaman alimentación consciente, otras mindfulness aplicado a la alimentación (traducido sería algo así como ‘’atención plena’’ en el hecho de comer). Podéis leer más sobre ello en este documento elaborado por la nutricionista María Sanabdón y la psicóloga Cristina Larrayoz. A modo de resumen, se trata de cambiar la relación que tenemos con la comida, del ‘’como sin tener hambre’’, ‘’como porque estoy nervioso/a’’, ‘’como porque estoy estresado/a’’, ‘’como porque estoy muy contento/a’’, en definitiva, como en función de mis emociones, a una relación más sana en la que la comida cumpla la función que realmente tiene, nada más, pero nada menos.
¿Para qué sirve y para qué no sirve la comida?
La comida nutre, sí. Alimenta. Es una necesidad vital, como respirar, como parpadear. Pero también educa, transmite y comparte. Para eso sirve.
No sirve para consolar días de mucho trabajo, no sirve para aliviar tristeza, enfado, aburrimiento o soledad. Si cuando siento enfado, tristeza, aburrimiento, hastío, felicidad, necesito acudir a la comida, existe un problema. Y es porque todo eso son sentimientos y emociones que no tienen por qué ligarse a la comida, pues solucionar esos estados de ánimo depende de otras cosas. La comida nunca va a ofrecer una solución definitiva a esas situaciones, tan solo un alivio momentáneo, si eso.
En un principio parece muy fácil, incluso absurdo. ¿Yo? ¿Depender de la comida? Pues no. Pero es cuando intentas dejarlo, cuando intentas no consolarte con la comida, no comer cuando te aburres, cuando te das cuenta de que realmente sí la estás usando con esos fines. ¿Parpadearías más si estás muy triste?
No. Tus necesidades vitales no deberían depender de tus emociones.
¿Y qué hacemos?
Cada uno tiene una situación personal distinta, y por tanto cada uno puede necesitar una solución distinta. Pero algo que puede ayudar es empezar a escuchar a tu cuerpo. Empezar a educar tu hambre real, que aparezca de forma lógica (o que aparezca), que sea saciado de forma lógica. ¿Cuántas veces hemos comido sin hambre? ¿Cuántas veces hemos comido sin saborear lo que comemos? Uy, pues me he comido esto tan rápido que ni me he enterado. Y encima aún tengo hambre. Para realizar una comida consciente solo hay que tener en cuenta unos aspectos que, de tan básicos que son, se nos olvidan. Antes de pasar a los pasos, me gustaría matizar que, a mi parecer, esta forma de comer mejorará tu relación con la comida si ya tenías una alimentación saludable, o casi. Realizar la alimentación consciente con comida basura es un arma de doble filo. Sin embargo, como al fin y al cabo comer más despacio estimula la saciedad, os animo a probarlo comáis como comáis.
CÓMO HACER UNA COMIDA CONSCIENTE, PASO A PASO:
- Primer bocado: Tienes el plato delante. Okey. Mira lo que te vas a comer. ¿Acaso habías mirado lo que te vas a comer? MÍRALO.
- Tenedores monta-cargas. Bocados normales. No sobrecargues el tenedor. Si tienes que abrir demasiado la boca, tal vez tengas un tenedor demasiado cargado (tal vez también dependa del plato en sí, pero me habéis entendido).
- No pinches/cojas nada más mientras estás masticando. Un bocado tras otro. Parece una tontería, pero ¿cuántas veces hemos comido como si no hubiese un mañana? Sin darnos cuenta ni de lo que estábamos comiendo. No tengas prisa.
- No pasar al siguiente bocado hasta que no hayas masticado y tragado el bocado anterior. Masticar, tragar y volver a pinchar. Así de simple. Si aun así sientes que te embalas comiendo, soltar los cubiertos de vez en cuando puede ayudar. Si esto sigue sin ser suficiente, puedes probar a comer con palillos o comer con la mano no dominante durante algunas comidas, para poner más atención en lo que comes.
- Si pasan
algunos segundos antes de que vuelvas a por otro bocado tu plato no se va a ir volando. ¿De qué está hablando la gente a tu alrededor? Escucha, habla y relájate. El móvil o la tele pueden distraerte en exceso.
- ¿Te acordaste de saborear?: A qué sabe lo que te estás comiendo. Pero si es solo una patata. ¿Pero a qué sabe la patata? Imagínate que quieres hacerte un diccionario de sabores en la mente. Empieza a tomar apuntes. Utiliza tu lengua y tu paladar. Reconoce los sabores por sí mismos. Seguramente te llegue el sabor cuando tragues, así que asegúrate de masticar bien.
- Bebe agua para limpiar los sabores de la boca de vez en cuando y poder volver a empezar.
- Escucha tu sensación de saciedad. Cuándo dejas de tener hambre y empiezas a comer por comer. La comida se puede guardar, no hace falta ser el camión de la basura de la mesa.
Para comer más despacio, para hacer una comida consciente, es esencial saborear lo que comemos. Dejad que vuestra lengua se reencuentre con los sabores más básicos.
Si estamos comiendo algo que no precisa tenedor, no importa, podemos seguir aplicando los pasos de la alimentación consciente.
Y poco más, en realidad. Os voy a dejar por aquí algunos posts que me resultaron útiles sobre cómo comer más despacio, que al fin y al cabo es lo que viene buscando este método:
- http://www.vitonica.com/dietas/trucos-para-comer-un-poco-mas-despacio
- http://www.directoalpaladar.com/salud/comer-despacio-por-que-y-como-lograrlo
Sé que no estáis dispuestos/as a comer así todas las veces, ni tampoco lo pretendo. Es común que se nos olvide todo esto al ir a comer. Pero os aseguro que practicarlo de vez en cuando os ayudará a reencontraros con la comida, llana y simplemente. A, de repente, encontrar delicioso algo que habías comido siempre, o que incluso os resultaba soso. Como ya mencionamos en otra entrada, sé paciente, no te exijas demasiado, sé consciente de que si tienes hábitos insanos necesitarás más tiempo para hacer cambios. Respeta tus ritmos pero a la vez, no te desanimes, cambiar de hábitos es enormemente posible. Y nada más, ¡saboread!
Hasta la próxima

3 comentarios en “Comida consciente: qué es y cómo se hace”