La viñeta de hoy es un mini-cómic sobre qué nos pasa en Navidad, para estrenar diciembre. El tinglao’ digamos que empieza a mitad de noviembre, cuando empiezas a oler las luces navideñas por la calle, y de repente un día se pone a llover y ya te entra el espíritu, el espíritu de la manta y el sofá, de los dulcecitos en la despensa. ¿Qué te diría un nutricionista? Nochebuena, navidad, nochevieja, reyes, 3 ó 4 cenas con amigos y/o de empresa… ¿Cuántos compromisos sociales tenemos realmente en navidad? Si mantenemos un entorno alimentario »saneado» dentro de casa (evitamos tener la cesta de polvorones cual ensalada siempre disponible en el centro de la mesa, por ejemplo), el periodo navideño no tiene por qué suponer un problema en tu hábito alimentario. Por que preocuparse el 25 de diciembre por no comerte un trozo de turrón es absurdo si lo has estado comiendo día sí día también durante 15 días antes de que empezasen las fiestas, y porque se puede practicar una alimentación más consciente (es decir, más pausada, saboreando de verdad lo que comes) también en comidas sociales.
